Sin duda alguna es el mayor reto de las artes marciales, saber cómo defenderse de un cuchillo utilizando defensa personal. Todas y cada una de las artes marciales, de los sistemas de defensa personal y de los deportes de contacto, tienen un reto a la hora de afrontar un ataque con un arma punzante o cortante.
Todas las artes marciales han sido concebidas para usar técnicas de defensa personal, cada una con su metodología propia, siendo el objetivo principal el ganar a un oponente con sus propias armas o careciendo de ellas. Ejemplos de ello es el Judo, el Kárate, el taekwondo, el kick boxing, el boxeo, la esgrima,…. Incluso los antiguos duelos con armas de fuego.
Como observamos siempre se enfrentan con las mismas armas.
Las artes marciales en los tiempos modernos, para poder tener un mayor referente de que pasaría en el hipotético caso de un enfrentamiento, inventaron la competición y con ello se aproximan a lo que ocurriría con un combate real.
Consecuencia de ello hace que muchas veces los entrenamientos estén tan enfocados a la competición que se pierde la esencia inicial del arte. Por ello, este tipo de entrenamientos no suele ser el enfoque a realizar en un enfrentamiento verdadero contra oponentes armados.
Si bien es cierto que todas las artes marciales tocan en sus entrenamientos este tipo de desarmes y de técnicas enfocadas a realizar desarmes y controles sobre el o los oponentes.
Después de hechas estas observaciones, nos ceñimos a saber cómo defenderse de un cuchillo, para ello partimos y asumimos que el enfrentamiento real, y no en el gimnasio, a este tipo de armas nos va a costar sin duda lesiones graves incluso la muerte.
Bricpol admite, desde el inicio del sistema, que solamente para poder enfrentarse a este tipo de armas hay que pasar horas y horas haciendo este trabajo específico. Solo después de unos cientos de horas logramos poder golpear al oponente y poder esquivar sus ataques, en un ochenta por ciento de los casos aproximadamente, siendo el otro veinte por ciento alcanzados por algún corte o punción, con el siete u ocho por ciento más o menos en algún órgano vital.
Parece ser que no es muy aconsejable por tanto enfrentarse a una persona armada, ¿verdad? Es razonablemente lógico que así deba de ser, pero hemos de hacer varias matizaciones sobre los datos aportados anteriormente.
Los enfrentamientos que realizamos en Bricpol, son contra compañeros que tienen un mínimo de experiencia en el uso de cuchillo, por ello si estos enfrentamientos se realizan contra personas sin ningún conocimiento en este uso, la eficacia aumentaría. Lo mismo pasaría de la forma inversa, alguien con un adiestramiento importante en uso de cuchillo, va a ser muy eficaz en el uso del mismo.
La reflexión es la siguiente.
No nos enfrentaremos nunca, a ser posible ante un cuchillo, pero si la agresión es insalvable al menos tendremos alguna opción de no salir tan lesionados realizando este tipo de entrenamiento específico.
Las enseñanzas Bricpol nos dejan los siguientes principios para tener un buen rendimiento en los aprendizajes de uso contra cuchillo.
Trabajar con una guardia lateral, realizar desplazamientos constantes, no intentar controlar el cuchillo, esperar el momento de ataque preciso para bloquear y golpear a la vez.
Nuestro ánimo con tus entrenamientos de defensa personal u otros sistemas o artes. Cuando consideres que tienes cierto control sobre los mismos, te animamos a que participes en las competiciones Bricpol para demostrar tu valía.