El sistema Bricpol como defensa policial es el fruto de la experiencia de muchos años en las artes marciales y en el trabajo profesional de la seguridad.
Pensando que a los sistemas actuales relacionados con la defensa policial les faltaba algo que asemejara, los entrenamientos y puesta en situación con las intervenciones reales, nace la idea de darle un mayor dinamismo, mediante la competición.
Pero… ¿Por qué la competición puede hacer más real los conocimientos en materia de defensa policial?
Durante la competición de artes marciales, en cada uno de los combates (asaltos) que se realizan, con la incertidumbre de las técnicas y conocimientos del adversario, lo que sucede en la competición, hace que fluya la adrenalina, creando un estado de inseguridad y estrés no experimentados en los entrenamientos normales.
La preparación física para enfrentarte a un combate ha de ser muy buena y necesita de una preparación excepcional. Hay que tener en cuenta que los combates profesionales, en las artes marciales como el kick-boxing, son a 8, 10 o 12 asaltos, dependiendo del título que se dispute.
La táctica y la técnica es imprescindible para ganar un combate.
Estos tres aspectos son similares a lo que se experimenta en las intervenciones policiales reales, donde es fundamental tener el control en todo momento en las acciones que vamos a realizar, dónde hay que recurrir al uso de la fuerza, para no causar lesiones al ciudadano, o lesionarnos nosotros.
Por ello, la premisa fundamental es entrenar de la misma manera que vamos a desarrollar nuestras intervenciones policiales, para ello, Bricpol como defensa policial nos brinda esa oportunidad.
Quiero hacer hincapié en que Bricpol es más que un sistema de defensa policial. Bricpol nos ofrece unas grandes oportunidades de entrenamiento, que se podrían resumir en preparación psicológica, física y táctica.
La finalidad de BRICPOL es conseguir a esa meta, dando a los agentes una superioridad en la intervención.