Como ayer hemos conocido, una agente de Policía de los Mossos ha sido herida por un individuo tras haber desarmado del arma de fuego a su compañero. Similar situación a la pasada en Madrid hace un par de meses. Parece por tanto que ocurre con más frecuencia de la prevista.

En la intervención policial todo es posible, incluso hasta quitar y desarmar la pistola, y disparar a una agente de policía, con la pistola del propio compañero.

En los entrenamientos de defensa policial, es normal realizar entrenamientos donde son los policías los que desarman a un posible delincuente que porta un arma, siendo en muy pocas ocasiones las que se realizan entrenamientos en los que se anulan los intentos de arrebato de la propia arma de un agente.

Parece que invovilizacion-baston-pistolacon una funda de seguridad, está solucionado el problema, sin embargo alguien con cierto adiestramiento y actuando de forma sorpresiva puede llegar a desarmar y usar el arma de fuego sobre el propio agente, incluso sobre otros o terceras personas.

Con el presente artículo no se pretende hacer una crítica sobre una intervención determinada, sino hacer una crítica sobre formas de entrenamiento válidas para poder minimizar estas acciones.

En los entrenamientos Bricpol relacionados con este tipo de intervención procedemos con las siguientes técnicas:

La persuasión con presencia policial suficiente. Es la base de intervención suprema, por ello cuando un agente se encuentra solo, no es recomendable iniciar una intervención, aunque se presuponga que la persona con la que se está actuando es físicamente inferior. Por ello de forma persuasiva es mejor intervenir un número mayor de agentes a las personas con las que se va a proceder. Si son dos las personas sobre las que se va a intervenir, es mejor que sean dos patrullas las que comiencen la gestión, aunque una sea la que esté actuando y la otra la que está apoyando y dando seguridad en el lugar.

La distancia es esencial en toda intervención. Hacer desplazamientos y nunca quedarse entre dos oponentes, es un ejercicio básico.

La “guardia” del agente ha de evitar ser frontal, posicionándose con el arma en la parte más alejada de la persona con la que intervenimos.

4º La triangulación con el otro agente y el entrenamiento de los desplazamientos para evitar situarse en la misma línea de fuego o quedar cerca o demasiado alejado de la persona que se va identificar.

5º Los Protocolos mentales de intervención policial Bricpol, distingue en tres fases bien definidas, la fase de persuasión, la de alerta y la de intervención. Si bien son las fases normales de intervención puede ser que solo existan las dos o incluso solo la final.

6º En la fase de intervención será un agente el que lleve la iniciativa y el otro ha de realizar acciones de control y en coordinación en movimientos de defensa personal con el compañero, como por ejemplo no ir los dos a sujetar, el mismo brazo, llegando incluso a estorbarse, o intentar controlar a una persona accionando cada uno en un sentido, uno intentado tirarle hacia delante y el otro hacia tras.

Un entrenamiento activo de estos protocolos hace aumentar la eficacia en la propia intervención.

7º Por último, debemos señalar que todos los policías deben conocer el manejo de todas las herramientas con las que cuentan y que pueden llegar a utilizar durante una intervención policial.

Por todo ello, Bricpol hace hincapié en la formación para policias a través de la formación continua.